Podemos empezar diciendo que es menos grave diésel al naftero que nafta al diésel.
¿Porque?
El motor diésel de por si trabaja con presiones muy altas. La nafta tiene tendencia a autodetonar (combustión no controlada) cuando las temperaturas son muy altas.
Entonces, si entra nafta a la cámara de combustión de un motor diésel, va a prenderse mucho antes de que el pistón este en su punto muerto superior, causando varios daños. Lo peor que puede pasar: que el pistón se “pinche” (agujeree) y se termine rompiendo el motor.
Al revés, si se le carga diésel a un motor naftero, el combustible no llega a tener compresión suficiente como para llegar a combustión. El motor va a funcionar con el resto de nafta que tiene pero soqueando a medida que el diésel llegue a la cámara, hasta pararse. Termina en limpieza de todo el sistema (tanque, mangueras, picos).
Si te das cuenta a tiempo que se cargo el combustible errado, entonces es mejor no arrancar. Vaciar el tanque y reemplazar el combustible. Si no arranco no paso nada.